DON QUIJOTE DE LA MANCHA


DON QUIJOTE DE LA MANCHA

Don quijote de la mancha.
Don Quijote de la Mancha es una novela escrita por el español Miguel de Cervantes Saavedra. Publicada su primera parte con el título de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha a comienzos de 1605, es una de las obras más destacadas de la literatura española y la literatura universal, y una de las más traducidas. En 1615 aparecería la segunda parte del Quijote de Cervantes con el título de El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha.
Don Quijote fue la primera obra genuinamente desmitificadora de la tradición caballeresca y cortés, por el tratamiento burlesco que da a la misma. Representa la primera obra literaria que se puede clasificar como novela moderna y también la primera novela polifónica, y como tal, ejerció un influjo abrumador en toda la narrativa europea posterior.
En 2002, y a petición del Norwegian Book Club, se realizó una lista con las mejores obras literarias de la historia con las votaciones de 100 grandes escritores de 54 nacionalidades distintas, apareciendo las obras en estricto orden alfabético, para que no prevaleciese ninguna obra sobre otra, con la única excepción de Don Quijote, que encabezó la lista siendo citada como "el mejor trabajo literario jamás escrito".
Estructura.
La novela consta de dos partes: la primera, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, fue publicada en 1605; la segunda, Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, en 1615.
Interpretación.
El Quijote ha sufrido, como cualquier obra clásica, todo tipo de interpretaciones y críticas. Miguel de Cervantes proporcionó en 1615, por boca de Sancho, el primer informe sobre la impresión de los lectores, entre los que hay diferentes opiniones: unos dicen: 'loco, pero gracioso'; otros, 'valiente, pero desgraciado'; otros, 'cortés, pero impertinente'. Pareceres que ya contienen las dos tendencias interpretativas posteriores: la cómica y la seria. Sin embargo, la novela fue recibida en su tiempo como un libro de entretenimiento, como regocijante libro de burlas o como una divertidísima y fulminante parodia de los libros de caballerías. Intención que, al fin y al cabo, quiso mostrar el autor en su prólogo, si bien no se le ocultaba que había tocado en realidad un tema mucho más profundo que se salía de cualquier proporción.
El realismo en don quijote.
La primera parte supone un avance considerable en el arte de narrar. Constituye una ficción de segundo grado, es decir, el personaje influye en los hechos. Lo habitual en los libros de caballerías hasta entonces era que la acción importaba más que los personajes. Éstos eran traídos y llevados a antojo, dependiendo de la trama (ficciones de primer grado). Los hechos, sin embargo, se presentan poco entrelazados entre sí. Están encajados en una estructura poco homogénea, abigarrada y variada, típicamente manierista, en la que pueden reconocerse entremeses apenas adaptados, novelas ejemplares insertadas, discursos, poemas, etc.
La segunda parte es más barroca que manierista. Representa un avance narrativo mucho mayor de Cervantes en cuanto a la estructura novelística: los hechos se presentan amalgamados más estrechamente y se trata ya de una ficción de tercer grado. Por primera vez en una novela europea, el personaje transforma los hechos y al mismo tiempo es transformado por ellos. Los personajes evolucionan con la acción y no son los mismos al empezar que al acabar.
Como primera novela verdaderamente realista, al regresar Don Quijote a su pueblo, asume la idea de que no sólo no es un héroe, sino que no hay héroes. Esta idea desesperanzada e intolerable, similar a lo que sería el nihilismo para otro cervantista, matará al personaje que era, al principio y al final, Alonso Quijano, conocido por el sobrenombre de El Bueno.
Tematica.
La riqueza temática de la obra es tal que, en sí misma, resulta inagotable. Supone una reescritura, recreación o cosmovisión especular del mundo en su época. No obstante, pueden dibujarse algunas directrices principales que pueden servir de guía a su lector.
El tema de la obra gira en torno a si es posible encontrar un ideal en lo real. Este tema principal está estrechamente ligado con un concepto ético, el de la libertad en la vida humana, como ha estudiado Luis Rosales; Cervantes estuvo preso gran parte de su vida y luchó por la libertad de Europa frente al Imperio Otomano. ¿A qué debe atenerse el hombre sobre la realidad? ¿Qué idea puede hacerse de ella mediante el ejercicio de la libertad? ¿Podemos cambiar el mundo o el mundo nos cambia a nosotros? ¿Qué es lo más cuerdo o lo menos loco? ¿Es moral intentar cambiar el mundo? ¿Son posibles los héroes? De esta temática principal, estrechamente ligada al tema erasmiano de la locura y al tan barroco de la apariencia y la realidad, derivan otros secundarios:
El ideal literario: el tema de la crítica literaria es constante a lo largo de toda la obra de Cervantes. Se encuentran en la obra críticas a los libros de caballerías, las novelas pastoriles y la nueva fórmula teatral creada por Félix Lope de Vega.
El ideal de amor: La pareja principal (Don Quijote y Dulcinea) no llega a darse, es por eso que aparecen diferentes historias de amor (mayormente entre parejas jóvenes), algunas desgraciadas por concepciones de vida rigurosamente ligadas a la libertad (Marcela y Grisóstomo) o por una inseguridad patológica (novela inserta del curioso impertinente) y aquellas que se concretan felizmente (Basilio y Quiteria en las Bodas de Camacho). También aparece el tema de los celos, muy importante en Cervantes.
El ideal político: aparece el tema de la utopía en fragmentos como el gobierno de Sancho en la ínsula Barataria, las ensoñaciones quiméricas de don Quijote en la cueva de Montesinos y otros.
El ideal de justicia: como en las aventuras de Andresillo, los galeotes, etc.
Originalidad.
En cuanto a obra literaria, puede decirse que es la obra maestra de la literatura de humor de todos los tiempos. Además es la primera novela moderna y la primera novela polifónica, y ejercerá un influjo abrumador en toda la narrativa europea posterior.
En primer lugar, aportó la fórmula del realismo, tal como había sido ensayada y perfeccionada en la literatura castellana desde la Edad Media. Caracterizada por la parodia y burla de lo fantástico, la crítica social, la insistencia en los valores psicológicos y el materialismo descriptivo.
En segundo lugar, creó la novela polifónica, esto es, la novela que interpreta la realidad, no según un solo punto de vista, sino desde varios puntos de vista superpuestos al mismo tiempo. Torna la realidad en algo sumamente complejo, pues no sólo intenta reproducirla, sino que en su ambición pretende incluso sustituirla. La novela moderna, según la concibe el Quijote, es una mezcla de todo. Tal como afirma el propio autor por boca del cura, es una escritura desatada: géneros épicos, líricos, trágicos, cómicos, prosa, verso, diálogo, discursos, chistes, fábulas, filosofía, leyendas... y la parodia de todos estos géneros.
La voraz novela moderna que representa el Quijote intenta sustituir la realidad, incluso, físicamente: alarga más de lo acostumbrado la narración y transforma, de esa manera, la obra en un cosmos.
Técnicas narrativas.
En la época de Cervantes, la épica se podía escribir también en prosa. Las técnicas narrativas que ensaya Cervantes en esta novela son varias:
La recapitulación o resumen periódico cada cierto tiempo de los acontecimientos, a fin de que el lector no se pierda en una narración tan larga.
El contraste entre lo idealizado y lo real, que se da a todos los niveles. Por ejemplo, en el estilo, que a veces aparece pertrechado También está el contraste entre los personajes, a los que Cervantes gusta de colocar en parejas, a fin de que cada uno le ayude a construir otro diferente mediante el diálogo. Un diálogo en el que los personajes se escuchan y se comprenden, ayudándoles a cambiar su personalidad y perspectiva: don Quijote se sanchifica y Sancho se quijotiza. Si el señor se obsesiona con ser caballero andante, Sancho se obsesiona con ser gobernador de una ínsula. Tan desengañados llegan a estar el uno como el otro. A la inversa, don Quijote va siendo cada vez más consciente de lo teatral y fingido de su actitud. Por ejemplo, a raíz de su ensoñación en la cueva de Montesinos, Sancho se burlará de él el resto del camino. Esta mezcla y superposición de perspectivas se denomina perspectivismo.
El humor es constante en la obra. Es un humor muy especial: respetuoso con la dignidad humana de los personajes.
Una primera forma de contrapunto narrativo: una estructura compositiva en forma de tapiz, en la que las historias se van sucediendo unas a otras, entrelazándose y retomándose continuamente.
La suspensión, esto es, la creación de enigmas que «tiran» de la narración y del interés del lector hasta su resolución lógica, cuando ya se le ha formulado otro enigma para continuar más allá.
La parodia lingüística y literaria de géneros, lenguajes y roles sociales como fórmula para mezclar los puntos de vista hasta ofrecer la misma visión confusa que suministra la interpretación de lo real.
La oralidad del lenguaje cervantino, vestigio de la profunda obsesión teatral de Cervantes, y cuya viveza aproxima extraordinariamente al lector a los personajes y al realismo facilitando su identificación y complicidad con los mismos.
El perspectivismo, que ya se ha señalado, hace que cada hecho sea descrito por cada personaje en función de una cosmovisión distinta, y con arreglo a ello la realidad se torna súbitamente compleja y rica en sugestiones.
Simula imprecisiones en los nombres de los personajes y en los detalles poco importantes, a fin de que el lector pueda crearse su propia imagen en algunos aspectos de la obra y sentirse a sus anchas en la misma, suspendiendo su sentido crítico.
Utiliza juegos meta ficcionales a fin de difuminar y hacer desaparecer la figura del autor del texto por medio de continuos intermediarios narrativos (Cide Hamete Benengeli), los supuestos Anales de la Mancha, etc.) que hacen, así, menos literaria y más realista la obra desproveyéndola de su carácter perfecto y acabado.
con todos los elementos de la retórica y otras veces aparece rigurosamente ceñido a la imitación del lenguaje popular.
Trascendencia.
Aunque el influjo de la obra de Cervantes es obvio en los procedimientos y técnicas que ensayó toda la novela posterior, en algunas obras europeas del siglo xviii y xix es perceptible todavía más esa semejanza. Se ha llegado, incluso, a decir que toda novela posterior reescribe El Quijote o lo contiene implícitamente. Así, por ejemplo, uno de los lectores de Don Quijote, el novelista policíaco Jim Thompson, afirmó que hay unas cuantas estructuras novelísticas, pero sólo un tema: «las cosas no son lo que parecen». Ese es un tema exclusivamente cervantino.
En España, por el contrario, Cervantes no alcanzó a tener seguidores dignos de su nombre, fuera de María de Zayas en el siglo xvii y José Francisco de Isla en el xviii. El género narrativo se había sumido en una gran decadencia a causa de su contaminación con elementos moralizadores ajenos y la competencia que le hizo, como entretenimiento, el teatro barroco.
Solamente renacerá Cervantes como modelo novelístico en España con la llegada del realismo. Benito Pérez Galdós, gran conocedor de Don Quijote, del que se sabía capítulos enteros, será un ejemplo de ello con su abundante producción literaria. Paralelamente, la novela suscitó gran número de traducciones y estudios, suscitando una rama entera de los estudios de Filología Hispánica, el cervantismo nacional e internacional.



El lugar de la mancha.
Las primeras palabras de la novela Don Quijote de la Mancha son:
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.
En 2004, un equipo multidisciplinario de académicos de la Universidad Complutense de Madrid hicieron una investigación para deducir el lugar exacto de la Mancha. Utilizaron no más que las distancias a varios pueblos y lugares, descritas por Cervantes en su novela, que tomaron la forma de días y noches viajadas en caballo por Don Quijote. Suponiendo que el lugar está en la comarca de Campo de Montiel, y que la velocidad de Rocinante/Rucio está comprendida entre los 30 y 35 km por jornada, llegaron a la conclusión que la población de origen de Don Quijote era Villanueva de los Infantes.
Ediciones de don quijote.
Hasta el Siglo de las Luces las ediciones de la obra maestra del Siglo de Oro español degradaron en general el texto, salvo la cuidadísima edición de Bruselas por Roger Velpius de la primera parte en 1607. Se consideran habitualmente ediciones clásicas de Don Quijote, en el siglo xviii, Vida y hechos del ingenioso hidalgo don Quixote de la Mancha, Londres: J. y R. Tonson, 1738, 4 vols., edición que publicó Lord Carteret ilustrada con 68 primorosas calcografías dedicada a la condesa de Montijo, esposa del embajador español durante el reinado de Jorge II de Gran Bretaña; el texto se encomendó a un cervantista entusiasta, el judío sefardí residente en Londres Pedro Pineda. Fue un trabajo crítico y erudito digno del Siglo de las Luces y Gregorio Mayans y Siscar incluyó en ella una Vida de Cervantes que se considera la primera biografía rigurosa del autor. Picada en su orgullo, la Real Academia Española hizo otra en cuatro volúmenes (1780) que se reeditó varias veces con numerosas modificaciones y rectificaciones y donde los editores incluyeron una introducción crítica con una biografía del autor, un ensayo sobre la novela, Análisis del Quijote, que establece la interpretación clásica de la obra como la feliz conjunción de dos perspectivas, dos tradiciones literarias y dos cosmovisiones, un estudio cronológico-histórico de las aventuras de don Quijote, una serie de grabados y un mapa de España para seguir el itinerario de don Quijote. Vicente de los Ríos, responsable principal de esta edición de la Real Academia, corrigió los errores textuales de las previas ediciones. De nuevo otro cervantista inglés, el reverendo anglicano John Bowle, examinó escrupulosamente el texto y depuró los errores, incluyendo listas de variantes, en su edición de 1781, que es también un monumento de erudición y supera a todas las anteriores; Bowle fue el primero en notar que había dos ediciones en 1605. Todos los editores posteriores se aprovecharon de su erudición y generoso esfuerzo. Siguió después la en cinco volúmenes de don Juan Antonio Pellicer (1797-1798), con abundantes notas y atenta a las variantes textuales. Por otra parte, Agustín García Arrieta publicó en Francia unas Obras escogidas de Cervantes en diez volúmenes (París, Librería Hispano Francesa de Bossange padre, 1826, reimpresa por Firmin Didot, 1827). Esta magna obra comprendía el Quijote (I-VI), las Novelas ejemplares (VII-IX) y el Teatro (X). La edición delQuijote es quizá la mejor hasta entonces.
En el siglo xix salió la prolija y muy eruditamente anotada (triplica el número de notas de Pellicer) de Diego Clemencín (6 vols., 1833-1839); posee sin embargo no pocos defectos en el terreno filológico que intentaron corregir las notas de Juan Calderón y Luis de Usoz, en el Cervantes vindicado en 115 pasajes (1854) escrito principalmente por el primero; también son importantes las ediciones de Juan Eugenio Hartzenbusch, una en Argamasilla de Alba, 1863, IV vols., y otra en Obras completas de Miguel de Cervantes; Madrid, Imprenta de Manuel Rivadeneyra, 1863; a esta última cabe agregar un grupo de notas que Hartzenbusch preparó para una segunda edición que no llegó a realizarse y que se imprimieron con el título Las 1633 notas puestas por... D. J. E. Hartzenbusch a la primera edición de «El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha», Barcelona: Narciso Ramírez, 1874.

Don quijote en la historieta.
La obra de Cervantes ha sido objeto de varias adaptaciones a este medio. Entre las más recientes, cabe destacar el Quijote (2000) de Will Eisner y en 2005, año de su IV centenario, el álbum colectivo Lanza en astillero, editado por la Junta de Castilla-La Mancha, o Mortadelo de la Mancha de Francisco Ibáñe.
Don quijote en internet.
En septiembre de 2010, el portal de videos YouTube, en colaboración con la Real Academia de la Lengua Española, lanzaron un proyecto de lectura colectiva de la obra. A través de este portal, los usuarios podían subir videos en los que leían un fragmento de ocho líneas ofrecido por el sistema. En total, 2149 personas realizaron una lectura continuada de 4298 minutos o casi tres días. El video fue finalmente publicado el 22 de marzo de 2011, pudiendo elegir el capítulo o fragmento de la obra designado para cada usuario. El primer fragmento está leído por el actual director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha.






Publicación de la Obra
La primera parte de la obra apareció en 1605, antes de la publicación de las Novelas Ejemplares, con el título de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. El éxito fue inmediato; hubo varias ediciones en aquel año y los siguientes. En 1615 apareció la segunda parte con el título de El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha . A partir de entonces, se ha convertido probablemente en el libro más editado mundialmente, con lo que se confirman las palabras proféticas de Cervantes: "y a mí se me trasluce que no ha de haber nación ni lengua donde no se traduzca" .
Argumento
En Don Quijote de la Mancha se narra la historia de un hidalgo maduro que, por la excesiva lectura de libros de caballería, se vuelve loco y concibe la idea de hacerse caballero andante y así recrear la antigua caballería. Pertrechado de armas y caballo, "Rocinante", y, desde la segunda salida acompañado por un paisano llamado Sancho Panza, que le sirve de escudero, corre mil aventuras de las que generalmente sale malparado. La tercera vez que vuelve, vencido por el Caballero de la Blanca Luna, es ya para morir. En la primera parte se entrecruzan con la línea argumental novelas cortas de diferentes tipos.
Estructura
Confluyen diversos aspectos en la estructuración de la novela:
En primer lugar las dos partes . Y esto, que podría haber sido una mera división externa, se convierte en auténtico hecho estructurador por las diferencias que se muestran entre una y otra. Especialmente importante, en este sentido, la que afecta al desarrollo de los personajes principales. En efecto, si bien hay una evolución continua a lo largo de toda la obra, la diferencia de su comportamiento entre la primera parte y la segunda es marcada. En la primera, don Quijote ve la realidad transformada por su imaginación caballeresca (donde hay molinos ve gigantes, por ejemplo); en la segunda, en cambio, la ve como es y son los demás personajes los que las convierten en aventuras caballerescas (como ocurre en el pasaje de los leones). Don Quijote, por tanto, se acerca cada vez más al mundo de la realidad. Por otra parte, Sancho, en la segunda parte, se ha acomodado mejor a su amo y participa más de su mundo, llegando a vivir la pura ilusión en la ínsula Barataria. Todo ello des emboca en el entrecruzamiento final del idealismo de don Quijote con el realismo de Sancho.
Aparte de esto se aprecian las tres salidas como otro elemento estructurador, el más generalmente tratado. La división de la obra en tres salidas permite ver claros paralelismos entre ellas, aunque su extensión es muy diferente: una preparación y salida, una serie de aventuras y vuelta.

Desde otra perspectiva, tal vez más de acuerdo con la verdad de la novela, cabe formular esta línea estructural, teniendo en cuenta no las salidas, sino las vueltas. Dicha formulación permite ver mejor el proceso evolutivo de don Quijote y Sancho en ese encuentro entre idealismo y realismo. En la primera vuelta , don Quijote regresa no sólo armado caballero sino también triunfante, desde su perspectiva, con su primera hazaña (la del muchacho vapuleado); y ni siquiera obsta su optimismo caballeresco el molimiento por parte de los mercaderes. En la segunda , ya su vuelta se realiza enjaulado y, pese al recurso del encantamiento, es una situación humillante que puede crear dudas en don Quijote: "Muchas y muy graves historias e yo leído de caballeros andante; pero jamás he leído ni visto, ni oído, que a los caballeros encantados los lleven desta manera y con el espacio que prometen estos perezosos animales" . En la tercera , se da el derrumbamiento total de Don Quijote y de su ideal caballeresco; tal es así, que vuelve para morir tras haber recuperado la razón. Si esta evolución de don Quijote la consideramos a la par que la de Sancho, de sentido contrario, estaremos probablemente en el auténtico meollo del asunto de la novela. Efectivamente, hay un progresivo acercamiento de las iniciales posturas contrapuestas de don Quijote y Sancho (idealismo - realismo) hacia un equilibrio e incluso entrecruzamiento final.
Por último, un elemento estructurador fundamental, olvidado con demasiada frecuencia, es el carácter paródico de la novela. La estructura de El Quijote parece ser la de una parodia de los libros de caballerías y, por ello, sigue sus esquemas: se apropia de la disposición general de dichos libros, de sus personajes, del encadenamiento de aventuras y de sus quimeras.
Génesis, elaboración y sentido
El propio Cervantes afirma: "pues no ha sido otro mi deseo que poner en aborrecimiento de los hombres las fingidas y disparatadas historias de los libros de caballerías, que por las de mi verdadero don Quijote van ya tropezando, y han de caer del todo, sin duda alguna" . Y en efecto, lo que no habían conseguido los más ceñudos moralistas lo consiguió Cervantes. Pero un análisis de la obra obliga a rechazar que El Quijote sea solamente eso; El Quijote trasciende absolutamente en esta sencilla intención.
No obstante, es muy posible que la primera idea de Cervantes fuera escribir una breve novela, que estaría representada por los primeros capítulos, con la única intención de parodiar dichos libros. Sólo después, viendo las inmensas posibilidades que ofrecía su hallazgo, desarrollaría una más dilatada proyección de su obra, con lo que consiguió la inabarcable profundidad humana.
Trascendencia humana de "El Quijote"
Tres razones nos obligan a contemplar El Quijote como una obra de trascendencia humana inabarcable:
Por la jamás igualada sensación de vida verdadera, de realidad sucedida que nos las figuras de "El Quijote" , como dice Alborg. En efecto, la novela entera y cada una de sus frases y palabras son un caudal de vida que desborda.
Pero ni siquiera esto es lo fundamental. El libro en sí es la representación más auténtica de la lucha de dos radicales y universales actitudes humanas: la subjetividad frente a la objetividad, el idealismo frente al realismo. Y diríamos más, no sólo son actitudes que se afincan cada una en individuos diferentes, sino que, antes y primariamente, so dos tendencias profundas que, en lucha permanente, predominando una u otra según personas y momentos, proporcionan a cada uno la desazón de la búsqueda de la verdad. Y es el hecho de tratarse de actitudes humanas, como dice Alborg, lo que le da mayor hondura universal que la de los grandes mitos de otras obras; éstas responden a una pasión específica (amor, poder, etc.) encarnadas en héroes que, con toda su trascendencia, son sólo porciones del espíritu humano. Sin embargo, lo que don Quijote y Sancho simbolizan son dos modos de ser y dos tendencias de las que ningún humano se escapa.
Por último, como también dice Alborg, "lo más grande de la creación cervantina consiste en que esta prodigiosa universalidad de sus personajes se funde estrechamente con aquella individuada y personalísima existencia" de éstos. Don Quijote y Sancho no son símbolos que pretendan demostrar o mostrar algo, como ocurre en mayor o menor medida, en otras obras también importantes, sino personajes concretísimos que se van haciendo según van viviendo literariamente (como sucede en la vida misma); de ahí que nos parezcan personajes auténticamente históricos.

Técnica y estilo
Atendiendo sólo a aspectos generales y muy someramente, cabe señalar los siguientes recursos estilísticos:
La parodia (imitación, generalmente burlesca, de una obra, género, autor,... exagerando o ridiculizando sus rasgos más característicos) está presente, de forma constante, en todo el libro. La misma concepción de la novela y, por tanto, la estructuración de la mayoría de las aventuras es, como se ha dicho, una parodia de los libros de caballerías. Pero ésta se manifiesta también continuamente en recursos técnicos y estilísticos más concretos: en el recurso del apócrifo, en el lenguaje altisonante y arcaizante, en el uso y abuso de la hipérbole, etc.
La ironía , resultado en muchos casos de la parodia, es el recurso tal vez más utilizado en El Quijote ; tan es así, que apenas hay frase que no lleve un doble sentido. La vemos ya en el encabezamiento de los capítulos con sus títulos hiperbólicos, en el desajuste constante entre actitudes y situaciones, en muchísimas expresiones de don Quijote y Sancho, etc.
Tanto la parodia como la ironía son ríos que desembocan en el inagotable humor del Quijote. Pero el humorismo sobrepasa dichos recursos: lo encontramos también en los graciosísimos diálogos entre Sancho y don Quijote, en la creación de nombres propios, en la invención de expresiones (como "escuderil vápulo", "académico argamasillesco", médico insulano", "gobernadoresco",...) en los trastrueques idiomáticos en la boca de Sancho, en los juegos de palabras, etc. Aunque la verdad es que parodia, ironía y humor se aúnan en una misma realidad literaria y no siempre admiten diferenciaciones claras.
Cabe resaltar también como otra consecución técnico estilística del Quijote la perfección del diálogo . Es, en primer lugar, el medio por el que los personajes, sobre todo don Quijote y Sancho, descubren sus intimidades en un proceso dialéctico que los define como seres independientes y vivos, a la vez que los conforma progresivamente. Pero, además, es un elemento estructural de primera magnitud que dinamiza la novela: las aventuras perderían gran parte de su valor sin los diálogos precedentes y subsiguientes.
Excepcional recurso del Quijote es su perspectivismo . Se entiende por tal el hecho de que la variedad de perspectivas que confluyen sobre una realidad son las que se definen. En la novela, el juego de perspectivas es muy complicado. Por una parte, está la combinación de los tres "autores": el narrador cristiano (que no es el Cervantes real), el traductor aljamiado y el historiador moro (Cide Hamete). El entrecruzamiento de las perspectivas de los tres enriquece la visión de lo narrado. Por otra, está la multitud de visiones vertidas por los personajes, con lo que se consigue ir definiendo una realidad indeterminada y huidiza. En este aspecto, si es de destacar el continuo y primer diálogo entre don Quijote y Sancho, no se puede olvidar el enriquecedor cúmulo de visiones de todos y cada uno de los personajes de la novela. Este perspectivismo es el que permite a Cervantes definir la verdad "cervantina", es decir, la ver dad "vital" o "existencial".
Uno de los hechos que más llama la atención durante la lectura de El Quijote es el grado de realismo y de vida independiente que Cervantes consigue plasmar en sus personajes, muy en especial en don Quijote y Sancho. En efecto, en la conciencia del lector de la obra y en la conciencia de la colectividad, se ha ido conformando una sensación de personajes reales, escapados de la novela. Los saberes y secretos técnicos con los que Cervantes ha conseguido esto son numerosos y, en muchos casos, sutiles. Baste aquí para indicar algunos de los más patentes:
Las vacilaciones o equivocaciones, atribuidas en ocasiones a descuido, dan un gran sentido de realidad : la variedad de nombres de don Quijote y la mujer de Sancho; el desconocimiento del lugar de nacimiento y ascendencia de don Quijote; las malas cuentas que hace del niño azotado, etc. En algunos casos la razón de ello está en la falta de documentos históricos (luego la historia no es una invención sino una realidad documentada); en otros, parece que la causa es que don Quijote, caballero de altos pensamientos, no puede entretenerse en bagatelas o cosas pragmáticas (realismo vital o existencial). El realismo nacido de la referencia a los documentos queda reforzado, además, por los frecuentes entredichos que el narrador" pone al historiador y al traductor.
La perfección del diálogo , verdadero encuentro del "yo" y del "tú" como en la vida, a la vez que conformador de la evolución de los personajes.
Es de especial interés, en este sentido el diálogo entre Sansón Carrasco y los protagonistas cuando aquél les comunica que ha leído su historia. El hecho de que don Quijote y Sancho enjuicien la verdad o perfección de la misma historia de sus vidas, les lanza fuera de la novela como personajes reales. En idéntica dirección están las consideraciones sobre el Quijote de Avellaneda y el hecho de que, a lo largo de la segunda parte, don Quijote se encuentra con personajes que ya han leído su historia y le reconocen sin necesidad de presentaciones.
Importante característica barroca de El Quijote es su dinamismo . éste afecta tanto a la estructura como al estilo. En efecto, dinámico es el movimiento de los personajes, la ininterrumpida sucesión de aventuras, el inagotable diálogo entre personajes, la técnica narrativa de capítulos abiertos y de la anticipación y el rápido ritmo de la sintaxis.
Por último es necesario mencionar la perfección y riqueza lingüísticas . Un dato nos puede llevar a intuir hasta qué punto esto es cierto en todos los aspectos: el número de palabras distintas usadas en la novela es de más de doce mil - hoy, una persona culta conoce seis o siete mil.
Valores que refleja.
La obra de Don Quijote no destaca sólo por su gran aporte literario, sino también por otros aspectos que la han llevado a la fama universal, y son los valores humanos que atesora desde el primer episodio hasta el último, valores humanos que reflejan la brillantez humanitaria refrendada por un estilo a la vez sencillo y pomposo digno de un talento natural como es el de Miguel de Cervantes. El manco de Lepanto nos presenta a través de sus principales protagonistas (Don Quijote y Sancho Panza) unos valores humanos dignos de la alta escuela de la humanidad como fiel escaparate de la dignidad humana. Valores como la amistad, la justicia, el coraje, el honor, la caballerosidad, la fidelidad, la honestidad, el respeto, la lealtad, la cortesía, la galantería, etc., son el sustento de toda la obra, son como satélites que giran en torno a las hazañas de nuestros dos héroes.

A título de ejemplo, cabe resaltar la desinteresada y verdadera amistad que existe entre Don Quijote y Sancho Panza, una fiel amistad sin resquicios de ninguna clase. La justicia se observa en Don Quijote como el norte de sus hazañas, sin olvidar a Sancho Panza impartiendo justicia de manera salomónica entre sus súbditos cuando era nombrado gobernador de una ínsula. Don Quijote es siempre solidario con las buenas causas y un empedernido defensor de los desamparados y débiles. Su coraje y valentía le llevan a enfrentarse a adversarios o monstruos superiores a él en tamaño y fuerza. En su diccionario no existe la palabra miedo cuando se trata de defender una buena causa. Como caballero de sangre noble que es, el honor todo lo abarca sin resquebrajamiento alguno, para él la vida sin honor no tiene valor. 

Su temeridad es equiparable a su locura; aunque la misma locura en Don Quijote es un valor humano, ya que le convierte en el hombre más humano de la humanidad, que le empuja a realizar hazañas dignas del más grande defensor del pueblo como ayudar y defender a los pobres, indefensos y necesitados, exterminando de paso a los monstruos que asolan cualquier rincón del mundo.

En fin, todas las cualidades que atesoran nuestros dos héroes representan el auténtico legado de Don Miguel de Cervantes para la sociedad de su época, y no solamente de su época sino para la posteridad, para la sociedad mundial, para toda la gente de buena voluntad.
Cervantes imprime en su Quijote valores profundos, de inspiración claramente divina, relacionados con la defensa del desvalido; del amor auténtico desinteresado y abnegado aflorando por sobre su supuesta locura….Sancho, por otra parte, el personaje secundario encarna la sabiduría popular, poco leída, pero con gran sentido común… 
Rubricando su extraordinario sentido de humor emanado en cada frase o aventura de sus personajes, Cervantes comentaba refiriéndose a su libro:..Los niños la manosean; los hombres la leen y los viejos la entienden…
libertad, solidaridad, justicia, honestidad, tolerancia, valentía y respeto a la condición humana.
Don Quijote se convierte en un símbolo de la bondad, del sacrificio solidario,y del entusiasmo. Representa la figura del empedrador que abre nuevos caminos .


Personajes de don quijote de la mancha.
Alonso Quijano (Don Quijote de la Mancha,mejor conocido como El Caballero de la Triste Figura, El Caballero de los Leones), representa la lucha por los ideales sobrepasando todos los obstáculos, creyendo fuertemente que el mundo podía mejorar. Era sumamente optimista, y todo lo cuestionaba o lo justificaba. Además es muy imaginativo porque todas sus aventuras las asocia con las de los libros de caballerías.
Sancho Panza, su fiel escudero y su fiel amigo, que le apoyó en sus locuras. Es la parte realista de don Quijote y trata de hacer que éste entre en razón de lo que está haciendo.
Dulcinea del Toboso , dama siempre presente en el pensamiento de Don Quijote.
Rocinante, caballo de Don Quijote, flaco, pando, de aspecto burlesco para ser el caballo de un caballero.
El Rucio asno acompañante de Sancho Panza, muy querido por este.